Clive Crook

Obama debe tomar el liderazgo en el déficit

La subida en la tasa visible del desempleo no era el final que el presidente Barack Obama habría querido para la semana pasada...

Por: Clive Crook | Publicado: Martes 10 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.
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La subida en la tasa visible del desempleo no era el final que el presidente Barack Obama habría querido para la semana pasada. El triunfo espectacular de encontrar y matar a Osama bin Laden elevó sus niveles de popularidad y llevó a los analistas a preguntarse cómo podría usar el evento para tomar la iniciativa en Washington. En cosa de días, señales mixtas del mercado laboral actuaron como recordatorio de lo que más importa a los estadounidenses entre hoy y la elección que viene. Aún es la economía, señor presidente.



Si la operación de bin Laden hubiera salido mal, habría sido todo para Obama. Ese es el verdadero significado de los eventos de la semana pasada. El hecho de que saliera bien, por otra parte, no garantiza su reelección, como se apresuraron algunos a sugerir durante las celebraciones de la semana pasada. Silencia una línea principal de críticas: la idea de que es incapaz de ejercer un liderazgo ejecutivo. De aquí en adelante, si se percibe que no lidera en otros temas, será porque ha elegido no hacerlo. Pero esa no es una gran defensa.

Entre hoy y la próxima elección, Obama enfrenta una serie de pruebas y la operación de bin Laden no las facilita. Cierto, uno puede pensar, le da “cubierta” para retirarse más rápido de Afganistán. Declarar victoria y retirarse. Para nada: no necesita cubierta para eso. Es lo que el país quiere de todos modos. La razón para dudar sobre Afganistán nunca fue la falta de cubierta, sino que las consecuencias de una retirada más rápida son inciertas. La muerte de bin Laden apenas afecta ese cálculo.

¿Y la recuperación económica aún vacilante, el tema que, salvo otra calamidad imprevista, probablemente decidirá la próxima elección? En sus primeras declaraciones tras la operación de la semana pasada, Obama pidió (de nuevo) unidad y cooperación en Washington. Las amargas disputas sobre la política fiscal han demorado una ley que eleve el límite de la deuda, haciendo que se hable de un posible incumplimiento – una irresponsabilidad sorprendente para una economía tan endeudada. El límite se alcanzará, dice el Tesoro, el 2 de agosto.

Esta disputa presupuestaria inacabable sin duda demora la recuperación. Hay grandes alzas de impuestos y/o severos recortes en el gasto público en el futuro estadounidense, asumiendo que otro revés del mercado no colapse la recuperación de inmediato.

La incertidumbre sobre esto envenena la confianza de inversionistas y consumidores. La intransigencia republicana y el fracaso en implementar un plan de largo plazo para controlar el déficit, ha hecho imposible sostener el estímulo de corto plazo tanto como era necesario. Un ajuste fiscal prematuro ya se está notando en la recuperación. Es difícil tener certeza de cuánto porque las señales económicas no están claras.

Bajo las actuales condiciones, las herramientas de la administración para revigorizar la recuperación son limitadas, ciertamente. Sin importar lo osado y decidido que elija ser el presidente, simplemente no puede decretar un crecimiento más rápido. Pero si Demócratas y Republicanos actuaran de inmediato para elevar el techo de la deuda y clarificar la imagen fiscal de mediano plazo (una tarea que no puede esperar hasta 2013) mejorarían la confianza y disminuirían el riesgo de una segunda recesión.

El presidente puede jugar un rol crucial en esto. Simplemente pedir unidad no consigue nada. Pero la operación de bin Laden le da nuevo capital político, aunque tal vez no por mucho tiempo. Debería usarlo para imponerse, hablando al electorado por encima de un Congreso sordo, proponiendo opciones frías y claras para limitar el endeudamiento de largo plazo; haciendo espacio, si fuera necesario para un nuevo estímulo de corto plazo. Le dicen liderazgo.

Políticamente, saltar de modo tan decisivo en esta disputa es arriesgado. Pocos, a pesar de Abbottabad, creen que Obama se atreverá. No es que no pueda, por alguna razón, no quiere.

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